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miércoles, 27 de enero de 2010



















ME DUELE…



Me duele tu amor incrustado en el pecho,

Que cargado de ausencia

Me clava puñales de silencio.



Me duelen tus manos en la distancia,

Que acariciando recuerdos y vacíos,

No dejan sus huellas en mi cuerpo.



Me duele tu recuerdo en la memoria

Porque despierta el ansia de mi sexo,

Que no halla el calor de tu adentro;

Porque me sube los besos a la boca,

Que no halla la humedad de tu lengua;

Porque me aflora las caricias a los dedos,

Que no hallan tu amable anatomía;

Porque me impregna en el deseo

Y no hallo consuelo en mis manos,

Que derraman el semen gritando tu nombre,

En un mar convulso y espasmódico,

Casi ahogado.

martes, 26 de enero de 2010




FANTASIA





¡Cuánto soñaron mis ojos contigo!,

¡Cuánto en esos sueños te desnudé

Y desnuda cuánto te amé!

Y amándote contigo me he fundido.



Despierto, ¡cuánto deseé estar dormido!

Y dormido, ¡cuánto anhelé!,

Que no fuera un sueño, y no perder,

Al despertar, junto a mí tu latido.



Pero eres irreal y no puedo amarte,

Si no es en sueños; con el cuerpo y el alma

Y no le basta al cuerpo con el sueño,

Que aún despierto no cesa de desearte

Y quiere, aunque no puede, ser tu dueño.



Y el alma más paciente, espera en calma

El día que seas real, para desnudarte

Y desnuda acariciar tu piel con mi palma,

Prolongarme a tu cuerpo y ser tu dueño

Y que a tu dueño, puedas entregarte,

Por completo, hasta el rincón más pequeño

De tu cuerpo, de tu mente y de tu alma.



Pero todavía eres sueño y maldigo

Esta suerte que del cielo heredé

Y me pregunto, si un día te tendré

Y contesta el alma: ya está contigo;

Sueña y verás. Sueño. Y si, estás conmigo

Y te desnudo y juro que te querré.



Y te quiero, hasta donde puedo y sé

Y sé que te quiero, aunque esté dormido.

CUENTAME UN CUENTO



CUENTAME UN CUENTO






Están en dos viejas sillas

Una tarde invernal, junto al fuego;

Dos crepúsculos opuestos,

Comienzo y fin de la vida.





- Abuelo, cuéntame un cuento.



- ¿Te digo aquel de pan y pimiento …?



-¡Abuelo!, ese me da risa.



-¿prefieres el de los caldereros?,



A mí, me lo enseñó un viejo.





-¿ Y es una historia bonita?.



- Si, es un cuento de bandoleros.



-¿ Y aún quedan ladrones de esos?.



- Claro que si, en cada esquina,

Desde los bancos hasta los fueros .



-No entiendo ni papa abuelo.



- Bien, ya lo entenderás algún día,

Dice el anciano, mirando al suelo.





Enfático y con esmero,

Trova un relato de bella rima,

Mientras acaricia al nieto,

Que atiza con el zapato el fuego.



¡Con qué ternura se miran!,

¡Cuánto amor albergan en sus pechos!,

Un niño y un hombre viejo,

Una aurora y un sol que declina.



Acabando está sus versos

Y se coge a su mano el pequeño,

La estrecha el hombre y lo mira,

Concluye, y queda sólo el silencio.


AMISTAD


Hoy a pesar de la dificultad

Que en el alma me añade la tristeza

Y que altera el orden en mi cabeza,

Me enfrento al papel y la adversidad.



Me abrazo al recuerdo de tu amistad,

Plena, sembrada de luz y pureza

Para entregarme a ti con entereza

A través del verso en mi voluntad.



Con afán de corregir un error

Deseando de corazón tu perdón

Y que en ese sentimiento me alumbre

La inspiración para darme valor

Y regalarte con toda ilusión

Un poema de verdad y certidumbre,

Que nazca desde dentro, sin dolor,

Desde el pecho y no desde la razón,

Para que no suene a lo de costumbre.



Hoy sin parecer un adulador

Quisiera dar cuanto hay en mi corazón,

Llegar de mi sentimiento a su cumbre

Y ser para ti toda la verdad.



Vestida toda el alma de belleza

Cubrir cada vocablo de franqueza

Y cada gesto de sinceridad.



Hoy quiero sin sombra de vanidad

Irrumpir en tu alma con gran firmeza

Para ocuparla con delicadeza

Y morar en ti con fraternidad.


MI CONDENA







Las esmeraldas en tus ojos


Y la miel en tu boca,


Cubrían la verdad de tu rostro


Y el negro pedernal de tu pecho;


Yo no quise descorrer ese velo,


Me aferraba a la quimera


De tu aspecto angelical,


Mientras abrazaba sin saberlo


Al rey del averno.


Ni siquiera te vendí mi alma,


Te la entregué entera.






Quemé la esperanza


Y todo el amor de una vida,


En apenas, unos pocos suspiros;


Ahora pago en el infierno


Por cada uno de mis besos,


Cada uno fue un pecado,


Cada uno, una sentencia


Que me condena


Al fuego eterno de tu recuerdo.

lunes, 25 de enero de 2010
















UNA BALA QUE MATA...






Una bala que mata,


Un fuego abrasador,


Voces que gritan


Desesperadas en la oscuridad.






Ya se acerca el tiempo de la tempestad,


De la siniestra tormenta


Que nos cubre y desampara.






Barruntos de guerra


Que vician el aire


Fresco en la mañana.






Vértice opuesto al tiro en la espalda,


De la infinita soledad


Nacen la conciencia y la palabra


De quien no quiere muertos


Ni historias macabras.






Querer cerrar los ojos


Para no ver las armas,


Ansias de paz.






“Muertos sin causa”.






Maldito el egoísmo,


El afán de riqueza


A costa de los muertos,


Maldita la mano que porta un arma,


Maldito aquel que lo jalea.






“Sufrimos de impotencia”.






Un destino de muerte que siempre acierta


Y brota la sangre del inocente.






Se acerca el tiempo


De la quinta criminal.






LAS MANOS, LA BOCA Y LA VOZ




Mis súpitas manos te aguardan,
Esperan el trémulo relieve
Que les ofrece tu anatomía,
Forjan el calor de un abrazo
Que se niega en la ausencia
Y se sacian de tu piel en cada sueño;
Se aventuran y se adentran
En tu cálido y hondo secreto
Que rezuma en sus paredes el deseo.




Mi boca anhela el sabor
De ese beso que nunca ha dado
E imagina en su espacio
La textura de tus pechos atribulados;
Recorre tu espalda encrespada,
Tu cuello encisnado,
Tu vientre palpitante.




Mi voz quiere endulzarse
Del néctar de los amantes,
Para que la saboreen tus oídos,
Para que vibren tus sentidos
En un lecho de versos y susurros,
De palabras y suspiros.

VEN NUMEN


VEN NUMEN

Ven Numen,
Abrázame una vez más,
Alúmbrame,
Báñame de luz,
De verbo,
Préstame tu fuerza,
Guíame,
Necesito tu mano,
Beber de ti.

La oscuridad es intensa,
Gélida,
Tropiezan los vocablos
Si tú no estás.
Ven Numen,
Apoya tu cabeza
En mi pecho,
Susurra,
Musítame tus versos;
Quiero acariciar tu pelo
En una metáfora
De blancos sueños.

miércoles, 20 de enero de 2010


SENTIR EL VERSO

Ya tenía escritos más de mil poemas
intentando plasmar mis sentimientos
como quien pretende atrapar la esencia
mas intima del mar en una foto;
mi deseo fue arena en el desierto,
sólo palabras huecas en un esquema,
finas aristas de algún sueño roto.

Mas seguí escribiendo queriendo hallar
dentro de mí el adjetivo, el verbo,
la expresión, esa palabra precisa
que te encadene y haga sentir el verso
como un orgasmo eterno y sin final.

Y yo escribía y seguía escribiendo
hasta quedar desnudo de palabras
y entonces, mudo y roto descubrí
que yo en realidad nunca fui poeta,
más aún. Ni siquiera se escribir,
un pobre lerdo de ilusiones vanas.

Así pues frustrado enterré la pluma
y me juré no volver a escribir.

Al llegar la mañana y despertar
sentí que mi almohada estaba empapada,
mis ojos, secos del llanto vertido
y en la mesa, un verso pleno de sentido.

Con la pena que me oprimía enjugada,
saqué de su destierro la vieja pluma
y sin ser poeta escribí estos versos,
sencillos en fin. Sin rimar ni medir.

TENGO LOS BOLSILLOS DEL ALMA ROTOS


Tengo los bolsillos del alma rotos
Y se me caen por sus agujeros
Los sueños y esperanzas,
Todo cuanto he ido guardando dentro.

He perdido hasta el eco de tu nombre,
La imagen de tu rostro.
Y esta rabia perra que me va mordiendo
Despacio los flecos de la conciencia
Y me va haciendo inmune
Frente a esta loca era de desconcierto.
He perdido el color,
La medida, verbo y rima del verso,
La fe que le tuve siempre a mi pluma,
Fiel reflejo de mi alma,
Por donde se liberaba mi pensamiento.
He perdido el recuerdo de tus ojos
Y no sé si te amé.
Tal vez sea que fuiste sólo un sueño,
O que quiera mentirme y olvidar,
Ocultar lo que temo,
Aquello que no quiero admitir.
Que en cada verso... voy muriendo.

MI HERMOSA MENTIRA


Me abrazo al vacío que deja tu ausencia
Y beso tu cuerpo desnudo inexistente
Que sobre mi deseo se balancea,
Mis dedos sedientos con suaves caricias
Recorren tu vientre, tu espalda imaginaria.

Mis labios liban el néctar de tu pecho
Que en ficticia sacudida se estremece,
Te siembro entonces de calor y de vida
Que muere al instante de hielo herida.

Llorando grito tu nombre en silencio
Y me ahogo en la angustia de tu recuerdo
Cuando la luz de la realidad ilumina
E inunda de verdad mi hermosa mentira.

miércoles, 13 de enero de 2010


SOMBRAS AZULES

Sombras azules, heladas,
Cabellos de luna llena
Que se clavan.

Puñales en madrugadas
Tiñendo la negra arena
Que socaban.

Para enterrar alboradas
Entre hielo y negra pena,
Que se ahogaban.

ENTRE EL DESEO Y LA HONESTIDAD

El deseo no atiende a más razones,
Que estar en tu cuerpo, en placer pleno,
No sabe de prejuicios ni aversiones,
No entiende leyes que le pongan freno
Donde fue libre en otras ocasiones,
Que lo que fuera grande, ahora no es bueno,
Que le pongan infames barricadas,
Cuando no sabe de puertas cerradas.

Mi cuerpo no puede llegar al tuyo,
Rancias las razones que te amurallan,
Se hacen fuertes sin serlo, en el orgullo
Y las almas sufren cuanto se callan,
Pero del deseo les llega el murmullo,
Voces etéreas que no las acallan,
Sólo el cuerpo se estrella contra el muro
Y se lamenta dolido en lo duro.

Fieles, a la fuerza, ante la defensa
De principios carcomidos, que guardan
Lo que a Dios pueda suponer ofensa,
Más no impide que en las pasiones ardan,
Pero que al ser tentación, se dispensa,
Si no llega a buen fin y se resguardan,
La recompensa será el perdón,
A cambio sólo de tu corazón.

Podrás vivir en paz con tu conciencia,
Aunque en ocasiones no halles sosiego,
Que dar a tu cuerpo y su impaciencia,
Que arderá en el deseo, como ciego
Buscando donde saciar su apetencia,
Pero apagarás en silencio el fuego,
Que te atormenta y quema las entrañas,
Triunfando ante sus lascivas marañas.

martes, 12 de enero de 2010


CON TU AUSENCIA NO TE PIERDO



¡Cuántas veces tomé entre mis manos
Las tuyas ya secas, blancas y heladas
Con un aliento de muerte tocadas
Olvidado ya al resto de los humanos!

¡Cuántas veces besé aquellas manos
Temblorosas, huesudas, descarnadas,
Por el paso de los años ajadas,
Dejando con mis labios besos livianos!,
Queriéndoles dar con mi calor vida.

Sin querer ver en tus ojos cansados
un brillo apagado sin esperanza,
Sin la añoranza ya, de años pasados,
Rendido, ante una lucha perdida,
Sin poner contrapeso en la balanza.

¡Impotente cuántas veces lloré
Queriendo de veras luchar por ti
Y sólo cuando esta lucha perdí
Comprendí la verdad y desperté!

Ahora sé que nunca te olvidaré,
Que a la muerte no se la para así
Y seguirás viviendo dentro de mí
Y aunque no pueda verte te tendré
Dentro de mi alma por siempre, a mi lado
Acariciando tu mano mi recuerdo,
Que ahora es cálida y llena de vida.

Ahora en tu mirada dulce me pierdo
Anhelante, más tranquilo y confiado
Sabiendo que con tu ausencia no te pierdo.

domingo, 10 de enero de 2010


A FEDERICO GARCÍA LORCA
Y MILLONES DE MUERTOS





No, tú no estás muerto,

No te mataron aquella madrugada,

No se borra la primavera en el huerto

Cortando una flor,

No bastan las balas,

Verter tu sangre, para callar tu voz.



Quedará tu esencia,

Volará sobre los verdugos tu alma

Para no darles paz en sus conciencias.



Aún sigues vivo,

La luz no se mata

Y el recuerdo te nos nombra: " Federico".